Necrofagore

Necrofagore- Into the Gloom of the Buried Valley (2020)

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En esta ocasión, tengo el placer de compartir mis impresiones sobre Into The Gloom of The Buried Valley, el segundo álbum de larga duración de la banda peruana Necrofagore. Lanzado en 2020 bajo el sello de Thrashirts, el disco cuenta con 9 temas que suman un total de 46 minutos y 11 segundos de pura intensidad. La alineación de Necrofagore para esta producción estuvo compuesta por Alexander Nun’s Fuckers, Sadistik Kali, Ripping Soul Collector y Anhelles. Aunque la banda ha incorporado nuevos miembros desde entonces, esta formación fue la encargada de dar vida a esta obra. La mezcla fue realizada por Carlos Medina Anaya en Sounds of Perseverance Studios, mientras que el diseño del arte en general corrió a cargo de Daniel Caycho y Art Cover a cargo de Sadistik Kali.

Desde el inicio, queda claro que su estilo está profundamente influenciado por el viejo death metal sueco. La banda logra capturar ese sonido auténtico y característico que cualquier amante del género reconocerá de inmediato. Además, el disco fue masterizado por nada menos que el maestro Dan Swanö, una figura legendaria y fundamental en el desarrollo del sonido del metal sueco y del norte de Europa en los años 90. Su participación en la producción es notable y agrega un valor inmenso al álbum. Recordemos que Swanö ha sido pieza clave en innumerables proyectos y tendencias dentro del metal sueco, consolidando su legado en la escena mundial.

La historia detrás de este disco está inspirada en la tragedia del terremoto de 1970 en Áncash, Perú, que provocó el desprendimiento de un casquete de hielo y rocas del nevado Huascarán. Este evento es recordado como el más devastador en la historia del país, tanto por su magnitud como por la inmensa cantidad de vidas que se cobró, alrededor de 30 mil personas. Esta catástrofe es precisamente lo que se refleja en el arte de la portada del disco, donde, en su dibujo puntillista de la artista y también guitarrista de la banda, se plasma la desesperación y el sufrimiento de las almas en pena que rodean un valle donde se aprecia sutilmente el rostro de la muerte, capturando de manera magistral esa atmósfera que también transmiten a lo largo del disco y en especial en el intro Beyond the Pestilence, en la que se aprecia una especie de narración con tonada simbólica y quizás poética que sugiere que la muerte no es un final absoluto, sino una transformación o transición que da lugar a algo nuevo, que el cuerpo humano es frágil y susceptible a la decadencia, enfermedades, y finalmente la muerte. Algo fascinante que nos comparte la banda es que los títulos de sus discos están conectados para formar un relato. Comenzando con Macabre Finding(2013), continuando con Into the Gloom of the Buried Valley(2020) y culminando con el título de su próximo lanzamiento, Where Shadows Spread Death and Desolation una trilogía narrativa promete.

Musicalmente, un aspecto sobresaliente de esta producción son los riffs, que crean una atmósfera de locura y perdición, reflejando perfectamente el enfoque del disco. Estos riffs, en forma de bucle, arrastran al oyente hacia un paraje de muerte y desolación, acompañados de una voz grave y profunda, como si un cadáver emergiera de su tumba dispuesto a destruir todo a su paso.

La parte rítmica es impecable, con un trabajo en batería de altísimo nivel. La ejecución de las técnicas en la batería son impecables, y los cambios están perfectamente dosificados, manteniendo el tiempo de manera magistral. El bajo, aunque cumple con su función, sostiene la base rítmica con precisión, aunque me hubiera gustado que tuviera un poco más de presencia en la mezcla. Aun así, el trabajo de bajo es notable, especialmente en el cuarto tema, donde se destaca más que en otras canciones.

El álbum incluye la destacada participación de varios músicos invitados que enriquecen notablemente algunos temas. En Tombs Under the Hecatomb, uno de los puntos altos del disco, se suma la imponente voz de Alex Okendo, legendario vocalista de Masacre (Col), quien deja su marca con guturales intensos y gritos desgarradores, reafirmando su lugar como una de las figuras más icónicas del género. A este aporte vocal se suman las líneas de bajo bien definidas y los solos de guitarra frenéticos a cargo de Neil Angelo Alvan (Hell Trepanner), quien también contribuye en Funeral Ceremony of Devourment con un trabajo igualmente notable.

En Malignant Dust of Cemetery, la voz de Lord Death (Imitheos) aporta una profundidad y agresividad únicas al tema. Por su parte, en Morbid Murderer, el solo de guitarra corre a cargo de Croprophagus (Eternal Exhumation), cuyo estilo distintivo enriquece la composición, complementado por los teclados de “Cavernario” (Psicorragia). Estas colaboraciones no solo añaden matices únicos, sino que también elevan la calidad general del álbum, demostrando el impacto significativo de cada músico invitado.

Para concluir, Into the Gloom of the Buried Valley es un álbum que no solo rinde homenaje al death metal sueco clásico, sino que lo eleva con una identidad propia y una conexión interesante con la tragedia histórica que lo inspira. Necrofagore consigue crear un sonido auténtico y envolvente. Con una producción impecable, respaldada por el legendario Dan Swanö, el arte evocador de Sadistik Kali y la colaboración de músicos talentosos, este álbum se consolida como un tributo a la memoria y una pieza esencial en la historia del death metal peruano. Es un disco que invita a explorar las emociones más oscuras y reflexionar sobre la fragilidad y trascendencia humana. Mis más sinceros respetos a esta obra tan bien lograda.
Pueden adquirir el disco a través de este link: https://www.thrashirts.pe/producto/necrofagore-into-the-gloom-of-the-buried-valley/. Me encantó el detalle del parche incluido en el disco; sin duda, eleva la experiencia de tenerlo en formato físico.


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